Desconfiada

Hablando con Lourdes el otro día pudimos llegar a una conclusión sobre su confianza en la gente ajena a ella.
Llegamos a la conclusión… En realidad, Lourdes llegó a la conclusión de que ella confía poco, aunque en sus amigos y gente alrededor siente que confía bastante. No es confianza de ir a contar su vida, pero no siente una desconfianza que la hace retractarse a la hora de brindar su amistad.
Sin embargo, en temas del amor cambia mucho. Fruto de experiencias del pasado aquella parte de su cerebrito, aquella que confía en la gente, es totalmente vulnerable. Ahora cuando alguien al que a ella le gusta le dice “sí, te voy a ir a ver” o “lo voy a hacer”, ella con su cabeza se lo cree, pero desearía creerlo con su corazón. Es una manera de auto defenderse… si la persona termina no haciendo lo que dijeron, dirá “si yo sabía…” y si la persona lo termina haciendo dirá “bueno, estaba equivocada” y su corazón dará un pequeño salto…. porque ella realmente desea con lo más profundo de su alma el poder confiar en alguien… Su corazón le pide esa confianza, pero no ha llegado el momento. El día que llegue, ella lo sabrá.

A veces me gustaría decirle “Lourdes, deja a un lado la preocupación y confia en mí que yo siempre te acompañaré.” Pero a la vez me pregunto si al decirle esto activaré el botón de desconfianza. Simplemente me aseguraré de estar ahí, a cada paso del camino.

This entry was posted in Uncategorized. Bookmark the permalink.

Leave a comment